
No hay más que amar a Dios, y todo sobra – Santa María Micaela del Santísimo Sacramento
Si de verdad amamos a Dios, si nos echamos en sus brazos sin miedo, aceptando hacer su voluntad, habremos conseguido inmunizarnos contra las apetencias mundanas.

Si de verdad amamos a Dios, si nos echamos en sus brazos sin miedo, aceptando hacer su voluntad, habremos conseguido inmunizarnos contra las apetencias mundanas.