El Papa Francisco ha escrito una carta dirigida al “Pueblo de Dios”, fechada el 20 de agosto, en la que condena los “abusos sexuales, de poder y de conciencia cometidos por un notable número de clérigos y personas consagradas” contra muchos menores, jóvenes y minusválidos. Califica los hechos de “crimen que genera hondas heridas de dolor e impotencia”, pide perdón por tanto dolor causado y exhorta a reparar los daños cometidos y a colaborar con la justicia en todo momento.
“Es imprescindible -escribe el Santo Padre- que como Iglesia podamos reconocer y condenar con dolor y vergüenza las atrocidades cometidas”. Exhorta a orar y hacer penitencia y pide que el “Espíritu Santo nos dé la gracia de la conversión y la unción interior para poder expresar, ante estos crímenes de abuso, nuestra compunción y nuestra decisión de luchar con valentía”.
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