La auténtica sabiduría se consigue estando abiertos a escuchar las razones del otro, en silencio, sin imponer las nuestras. Aunque en principio pueda parecernos que los poseedores de la verdad somos nosotros mismos. Siempre podemos aprender algo positivo, si somos capaces de ser respetuosos cuando hablan los demás, aunque no compartamos todo lo que exponen. Nuestra sociedad tiene necesidad de personas que estén dispuestas a escuchar atentamente.
Somos tentados de mil maneras para que nos apartemos de la senda correcta, que es la que nos lleva a Dios. Únicamente cuando damos nuestro