La fuerza interior, si está dirigida desde el Señor, nos lleva a construir, paso a paso, pero sin desmayo. Lo importante es comenzar y perseverar. Nada resultará imposible, aunque al principio, cuando iniciamos el camino, lo veamos inalcanzable. Si confiamos en quien todo lo puede, las dificultades que encontremos en el camino serán siempre superadas.
La santidad está reñida con la tristeza. Por eso, en las vidas de los santos siempre encontramos que vivían con gozo sus esfuerzos, sufrimientos y