En una sociedad en la que abundan el engaño, la mentira, las medias verdades y la oscuridad, hay que tener confianza en que la luz de la auténtica Verdad, que es Dios, terminará por imponerse y se hará la luz. Los creyentes no estamos llamados a desentendernos de los problemas de este mundo, sino que hemos de contribuir a que se solucionen aportando la luz de la fe y la generosidad de nuestro trabajo.

Los adelantos que la técnica pone a nuestra disposición pueden causar mucho daño. También pueden contribuir a mejorar nuestro bienestar personal y comunitario, si somos