¡Cuánto bien podemos hacer mostrándonos benevolentes con los demás! Una palabra de cariño dicha desde el corazón a quien está sufriendo por cualquier causa puede producir en él sosiego y paz. Un gesto de perdón a quien nos ha ofendido nos ayuda a nosotros y libera de su culpa al ofensor. Escuchar a quien desea desahogar sus penas puede ayudarle a sentirse mejor. Una palabra de aliento a quien está en dificultades le insufla ánimos para seguir peleando por lo que cree es mejor. Con sencillas acciones podemos hacer mucho bien.

María es madre. De Jesús y de todos nosotros, los que creemos en Él. Por eso su corazón es un volcán de amor, de entrega