Para los cristianos, lo realmente importante es alcanzar la salvación que Jesús nos ha prometido. Por lo tanto, lo que importa es esforzarnos, día tras día, en ser fieles a sus mandatos, transmitir su mensaje y vivirlo interna y externamente. De esta forma, nuestras almas tendrán vida y no perecerán. Contamos con la ayuda de Dios que camina a nuestro lado para que, si nos desviamos de la ruta, podamos levantarnos y así seguir avanzando hacia la meta prometida.

Jesús nos salvó en la cruz. En ella se inmoló por nuestras faltas. Por eso, el madero en el que fue sacrificado es el símbolo